domingo, 29 de septiembre de 2013

DE ESTRENO!!!, o la sensación de culminar un objetivo.

Aunque no se trata de una entrada de blog muy actualizada, pues debería haberla publicado allá por finales de Junio, tenía pendiente escribirla cuando tuviera un poquillo de tiempo. Y hete aquí que me encuentro en el corazón del estado Brasileño de Sao Paulo (Campinas) con muy poquita cosa que hacer y he pensado que debería ponerme a ello.
Pues si, era mas o menos finales de Junio que acudí como tantas otras veces a la Muela de Alarilla a intentar progresar en mis vuelillos.
Ya tenía incluso mi vela comprada (aun sin estrenar) y muchas muchas ganas de terminar mi fase de aprendizaje tutelado.
Ese día era el último antes de empezar mi periplo vacacional, el cual me iba a tener al menos un mes alejado de mi parapente querido. Así pues me era muy necesario un buen viento para poder hacer algo.
Pues toma!!. Nada mas llegar (llegué pelín pronto) me di cuenta de que el viento de Sureste era cojonudo tirando a fuerte.
Dicho y hecho, me equipé del todo y me preparé para levantar la Alpha. Había un pelín de mas de tráfico y el viento estaba algo fuerte. El caso es que recibí la orden de levantar la vela y yo pronto y bien mandado hice lo propio.
Fue subir la vela y se lió parda. Primero noté que el viento estaba fuerte, luego oí a Martín por radio que no quería que saliera, después el viento me puso a metro y medio del suelo como si yo fuera una plumilla y luego ya no había nada que hacer... a volar tocan.
La salida fue precipitada, la ladera estaba llena de biplazas y para colmo en el mirador había una ascendencia (creo que por viento fuerte de ladera) que te dejaba pegado en la silla y que me puso los pelos de punta. Cosas de pardillo. Me costó un rato relajarme aunque no lo conseguí del todo. Al rato perdí la comunicación por radio de Martín y visto el panorama me giré al aterrizaje e hice un vuelo de gallina sencillito.
Creo recordar que nada mas volver a la cima de la muela hice otro vuelo para quitarme el estrés del anterior. Cómo sería la cosa que ni me acuerdo de ese vuelo.
Ya tocaba atardecer y el aire había aflojado lo justo para dejar un vuelo de ladera muy atractivo.
Fue entonces cuando Martín me miró como si fuera un chiquillo a la entrada de un parque de atracciones y me dice, "que?, estrenamos tu vela?".
Al milisegundo siguiente estaba cogiendo la vela del maletero del Jeep de Martín.
Todavía me acuerdo de como crujía la tela cuando la desenvolvía por primera vez, del olor a plástico nuevo según la iba desplegando, de lo que me iba enamorando de ella conforme la veía brillar nueva y flamante. Son de esos momentos que no se olvidan porque al impregnarlos de emociones se convierten en eternos.

Mi colega Pedro tuvo la gran cortesía de ponerse su vela y su cámara para grabar el primer vuelo en mi vela.
https://www.youtube.com/watch?v=HtwkgBA8zbU
Muchas gracias Pedro porque este video es para mi una joya del recuerdo.
Recuerdo lo fácil que fue levantar la vela a la primera, lo fácil que fue llevarla al despegue y mantenerla sobre mi cabeza, lo fácil que fue despegar... y lo maravilloso que fue volar con ella y terminar el curso de vuelo.

El vuelo fue precioso, con el sol poniéndose por el oeste, con un viento de Sur ligeramente de Sureste que me ponía a toda leche cuando enfilaba hacia el ocaso. Fue increíblemente suave y tengo grabado en la cabeza un momento en que haciendo un giro a derechas vi el estabilo de mi ala contra el sol del ocaso. Se que parecerá una chorrada, pero para mi fue genial.

Fue un vuelo cortito, unos 10 minutos, seguido de un aterrizaje suave y de una explosión de alegría que me hizo gritar para sacar toda la adrenalina que había acumulado.
Se que todavía queda mucho. Muchos vuelos con amigos y buena gente. Mucho aprender y dejarme enseñar. Mucho viaje y anhelo de vientos perfectos. Esto no ha hecho sino empezar... y tiene pinta de que va para rato señores.
Quisiera dedicar este post especialmente a Martín Peralta, mi instructor de vuelo, el cual reúne las capacidades de un excelente profesor y las habilidades de un gran profesional.
Igualmente quiero dedicar este post a Goyo Barcelo y a Pedro Duarte, los cuales han sido los pájaros que me han acompañado durante todo este proceso de aprendizaje inicial y que a la postre se han convertido en dos amigos imprescindibles. Sin sus consejos y su buen humor, nada hubiera sido lo mismo.
Muchas gracias chicos, es una suerte haberos tenido a mi lado.

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