lunes, 2 de septiembre de 2013

VOLAR MUCHO Y CON EL ALMA EN PAZ

Estos últimos días me he visto sometido a presiones y situaciones que me han provocado un pequeño bache en mi estado de ánimo. Un bajón en el argot mas próximo.
En estas me veía cuando por fin he podido retomar mis vuelos de parapente en la Muela de Alarilla. Este sábado tuve la oportunidad de volver a subirme al viento aunque sólo fueron tres vuelos de gallina con un viento muy flojo en el despegue y casi nulo en el aterrizaje. Hacía exactamente un mes de mi último vuelo. Nada mas abandonar la ladera me di cuenta de que algo no iba bien. Aun quedaba alguna burbujilla térmica que me encontré en el descenso y que provocó algún que otro bache que, sin necesidad de gestionarlo en lo físico, no supe gestionarlo en lo empcional. Mucho miedo, mucha tensión y muy poco disfrute.
Fue entonces cuando me di cuenta de lo importante de la continuidad de la práctica en el proceso de aprendizaje.
Los meneos de la vela no son algo nuevo, las turbulencias siempre existen, la vela sigue siendo la misma maravilla de la técnica que decidí comprar... sólo yo no era el mismo.
Una larga parada de vuelos debida a los viajes vacacionales y un estado anímico bajo, hicieron que mi mente amplificara riesgos que hace un mes ya tenía controlados. 
Volar es una actividad gratificante, donde el piloto debe atesorar una experiencia que le ayude a calibrar los riesgos y un estado de ánimo que le permita afrontarlos con solvencia y con el grado justo de tensión. 
No es bueno por tanto abandonar la práctica durante mucho tiempo, sobre todo cuando se acaba de empezar, pues se pierde de vista la experiencia real y se tiende a idealizar.
Tampoco es bueno salir a volar con la mente atosigada de problemas, pues el vuelo requiere de atención y serenidad, las cuales ayudarán a ver con objetividad las situaciones que durante éste se den. Volar no es una cura de los desamparados, no. Volar es una virtud que permite a la persona emocionalmente equilibrada ir mas allá y disfrutar de sensaciones únicas y gratificantes. Pero ojo, si el corazón no está abierto a dichas sensaciones, sino embarrado en preocupaciones, el vuelo no aportará nada nuevo.
Así pues, desde la mas inmensa de las humildades de un piloto novatillo, aceptad este doble consejo, no dejéis nunca de practicar el vuelo y sed felices antes incluso de despegar.
Saludos, abrazos y buena semana.

1 comentario:

  1. No creo que vayas a tener problemas a la hora de volar con un parapente; ya sabes volar y sobre todo, sabes lo que puedes encontrar en el aire cuando lo estás haciendo; movimientos más o menos bruscos de tu parapente producidos por térmicas que se puedan desprender del suelo y lleguen hasta ti, cizalladuras del viento que pueda cambiar de dirección mientras vuelas, viento rotorizado que te pueda llegar de otro parapente en vuelo y cercano a ti; todo un sinfín de sensaciones que a través de la silla, lo vas a notar como prolongación de lo que a la vela le puede estar ocurriendo con el viento que llega hasta ella. Pero ¿como poder evitarlo o minimizar esas sensaciones?, evitarlas no lo vas a poder lograr, porque te estás moviendo en un medio totalmente cambiante; difícil, muy difícil o casi imposible, es que cuando salgas al aire, puedas encontrar un viento en calma absoluta, en una situación de estabilidad total; las masas de aire siempre se están moviendo, desplazándose y en su recorrido, lo pueden hacer de manera suave, o moviéndose de manera irregular por interferencia de algún obstáculo, orografía cercana, otros compañeros volando en la cercanía, desprendimiento de calor desde el suelo; todo un abanico de posibilidades, para sentir como de vez en cuando te mueves dentro de la silla por los movimientos que te transmite el parapente. Pero lo que tienes muy claro y eso es lo más importante, es la continuidad a la hora de volar, tienes claro que el espacio de tiempo pasado entre tu último vuelo y el primero de tu vuelta, algo ha cambiado y no es más que el tiempo que llevas sin volar; y sabes muy bien como lo puedes solucionar, volando mas a menudo; por lo que creo que tienes todo lo suficientemente claro, como para que le puedas sacar un buen partido e este deporte, lo pases bien, te diviertas volando y sobre todo, vayas cogiendo confianza de manera más rápida que cualquier otra persona. Y tú lo has analizado y expresado muy bien, cuanto más vueles y menos tiempo pase entre vuelo y vuelo, menos miedos y tensión sentirás y disfrutaras mucho más de esta actividad.

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